La Luna en la Carta Astral

La energía (signo zodiacal) de la Luna es la energía que me hace sentir seguro, que incluso traigo de otras vidas y me es más familiar, es mi refugio.

En la infancia provoco esta energía para sentirme seguro y estable. Esta parte de la Carta Astral, la aprendo de mamá, todo lo que hago para rodearme de esa energía, es una conducta que me sirve en la infancia para sentir seguridad, pero al crecer y por las reiteradas veces que se reproduce, se convierte en un mecanismo, que utilizo para protegerme. Sin darme cuenta (inconscientemente) me identifico con esa energía, con ese mecanismo, y la cristalizo en una personalidad.

Consecuencia del apego a la Luna:

Cuando solo creo ser ese mecanismo, dejo fuera de mi consciencia el resto de mis cualidades, además las vivo como amenazas, con las que me peleo, generando un límite a mi potencial, sufrimiento, depresión, angustia, en fin… Conflicto interno.

Lo que realmente sucede es que me desconecto de mí mismo, por lo tanto, del universo, de la fuente, porque absoluticé la protección, el refugio y no me di cuenta de esto.

Cuando comienzo a tomar consciencia de la dependencia a una energía o planeta, me abro a entender y a su tiempo a oscilar en otras energías.

Lo que sucedió es que absoluticé una energía (Signo del Zodiaco) y me hice dependiente emocional de vivir una única energía. Tal vez sea más fácil de entender si vemos la energía como un clima, o una estación del año.

Si yo solo quiero vivir verano y siento seguridad en el verano, las tres cuartas partes del año voy a sufrir, me voy a cerrar, abandono el estado de aprendizaje, no conecto con las cualidades de las demás estaciones, y entro en un estado de supervivencia.

Otra manera de explicarlo es que, si yo únicamente quiero vivir, ser y expresar Aries, me sentiré segura, ganando, consiguiendo hacer lo que quiero, pero voy a tener un conflicto tremendamente doloroso con los límites, con él no, con las personas de autoridad, con mi padre. Aries crece y se come quien soy, voy a sentirme mucho más vulnerable de lo que soy y a vivir él afuera como una pared impenetrable, que me impide el desarrollo.

Este es un ejemplo para que puedan ver la importancia de comprender que es realmente lo que me está limitando, nos abre a leyes y realidades que ignorábamos, para poder desarrollarnos en otro nivel y con una consciencia superior.

Temo – Reacciono y Sano con las Lunas Astrológicas

Luna en Aries: Temo no conseguir lo que quiero. Relaciono agresividad con amor y protección. Sano cuando sostengo la reacción de agredir y defenderme. Estoy a salvo. 

Luna en Tauro: Temo los cambios y las perdidas que estos conllevan. Reacciono comiendo y comprándome lujos intentando llenar los espacios vacíos. Sano cuando sostengo el miedo a avanzar y observo la ganancia del cambio. 

Luna en Géminis: Temo a la incertidumbre. Reacciono yendo a la mente, buscando una explicación y haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Sano cuando sostengo el no saber algo, el no entender. Me dejo sentir la emoción incómoda y no le busco justificación. 

Luna en Cáncer: Temo crecer y hacer esfuerzos, así como vivir exigencias. Reacciono buscando la aceptación de otros, el amor y cuidado de todos los que me rodean. Sano cuando me atrevo a salir de lo conocido y me independizo del clan. 

Luna en Leo: Temo no ser visto y reconocido. Reacciono buscando el reconocimiento y valoración de otros. Sano cuando me atiendo a mi mismo y me valoro a través de este acto de atender mis emociones, necesidades y deseos. 

Luna en Virgo: Temo fallar y no estar a la altura. Reacciono hipercontrolado en búsqueda de ser perfecto, pierdo la espontaneidad. Sano cuando me atrevo a experimentar y observo los fallos como pasos necesarios que me llevan a mi propia grandeza.

Luna en Libra: Temo no agradar y el conflicto con el otro. Reacciono complaciendo a todo el mundo, pero no sostengo el compromiso que acorde con el otro cuando quería agradar y no entrar en conflicto, generando el enfado del otro igualmente. Sano cuando introduzco mi deseo y el deseo del otro en la ecuación. 

Luna en Escorpio: Temo perder el poder y el dominio sobre el otro. Reacciono manipulando y victimizándome con el relato de yo soy bueno y los otros son malos. Sano cuando comienzo a ver que todo lo que necesito está dentro de mí y no necesito del otro para cumplir mis deseos. 

Luna en Sagitario: Temo la contracción, el conflicto y las verdades incómodas que rompen el cuento que me conté para no tener que ver mi dolor. Sano cuando miro el Todo. Es decir; cuando veo el yin y el yang, la ganancia y la perdida, la luz y la sombra y sostengo la contradicción o lo dual y no escapo a través de contarme una historia. 

Luna en Capricornio: Temo no ser suficiente y vulnerable. Reacciono apartándome de los demás y no permitiendo ayuda ni cariño. Así como también, desconectándome de mis necesidades reales. Sano cuando comienzo a darme amor, dejar la exigencia y conectando con mis necesidades. 

Luna en Acuario: Temo ser abandonado y excluido. Reacciono, no implicándome con nada, dejando una puerta abierta para ni bien percibo el alejamiento del otro, sabotear la relación y escapando. Sano cuando comienzo a prestarme atención, creando en mí un hogar, sobre todo no abandonándome a mi mismo. 

Luna en Piscis: Temo estar dividido y realizar esfuerzos. Esta Luna es la más compleja, en realidad teme todo lo que significa vivir, actuar, hablar, confrontar, lo social, todo lo que le haga sentir diferente o asilado. Reacciono de dos maneras opuestas. Niego la realidad evadiéndome con cualquier vicio, drogas, alcohol, espiritualidad, o bien me cierro híper racionalizando todo, o a través de la hiperactividad para que nada de todo lo que siento me llegue. Sano cuando comprendo que todos somos uno, cuando separo lo que siento y es mío de lo que es de otros.  Cuando sostengo la tendencia a la evasión y abandonarme negando mi ser, diferente.

Todas las Luna sanan cuando comienzan aceptar que vivimos en un universo por el que tarde o temprano tendremos que pasar por todas y cada unas de las energías (signos) existentes. Todos estamos a salvo y cuando comenzamos a amarnos tal cual somos. Permitirnos ser y conocernos sin expectativas ni control. 

Natalia Costa (Astrológica)